El trauma de las madres por las duras sentencias de prisión

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Miles de cubanos se unieron a las raras protestas antigubernamentales del año pasado

Cuando miles de cubanos salieron a las calles hace un año, la única persona que perdió la vida fue asesinada en La Güinera, un barriada escueto y predominantemente irritado en las ensanche de la renta, La Habana.

Diubis Laurencio Tejeda, un novato irritado, fue baleado por la policía durante el algarada antigubernamental sin precedentes.

A posteriori de que la policía antidisturbios sofocó las protestas en todo el país, aproximadamente de 100 de las 700 personas condenadas a prisión todavía procedían de la misma zona empobrecida. Muchos residentes, en particular los familiares de los condenados, creen que el estado hizo de La Güinera un ejemplo para disuadir futuras manifestaciones.

“Aquí en La Güinera, no hubo ningún vandalismo”, dice Elizabeth Audaz Martínez, mostrando imágenes de un teléfono celular desde el exógeno de su casa que, según ella, respaldan su traducción de los hechos: que la policía irrumpió en el barriada, arrestando a la concurrencia al azar.

“Nadie destruyó patrullas ni allanó tiendas. Aquí hubo una respuesta de la policía que tiraba piedras y tiros. Esos muchachos lo único que hacían era valer”, dice.

Entre los cientos recogidos ese día estaban tres de sus hijos. En su prudencia posterior, recibieron entre seis y ocho primaveras por sedición, incitar a la concurrencia a levantarse contra el estado.

«Todo [in the trial] era tan ficticio. Había 22 niños juzgados al mismo tiempo. Era como un espectáculo, un montaje, como un teatro. Todavía estoy traumatizada por lo que vi allí”, dice Elizabeth. “La ecuanimidad en Cuba no funciona”.

Muchas casas en La Güinera están construidas con láminas de plástico, hierro corrugado, bloques de hormigón y madera.

La casa de Isabel en La Güinera es como muchas otras; construido con láminas de plástico, hierro corrugado, bloques de brisa y madera

Las condiciones de vida en La Güinera son de las más precarias de La Habana. Muchos residentes viven en lo que se conoce en Cuba como casas de llega y pon – casas construidas con láminas de plástico, hierro corrugado, bloques de brisa, madera o lo que esté a mano.

Elizabeth vive en uno de esos lugares, sus nietos descalzos juegan entre chatarra y basura. Ya luchando, ahora debe sobrevivir con tres ingresos menos para el hogar, adicionalmente de cuidar a sus hijos.

Encima, como la comida de la prisión es casi incomible en Cuba, debe aceptar a cada uno un paquete de comida cada semana para conducirse tras las rejas.

«Guatar una bolsa es difícil en este momento», dice sobre la escasez generalizada de alimentos y el aumento de la inflación, «satisfacer tres es casi irrealizable».

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«Todo lo que hicieron esos niños fue valer… Todavía estoy traumatizado por lo que vi [in court]», Fuente: Elizabeth Audaz Martínez, Descripción de la fuente: Raíz cuyos tres hijos fueron encarcelados, Imagen:

El gobierno dice que muchos de los que protestaron en julio pasado habían sido incitados por voces anticastristas de Washington y Florida. El estado afirma que las sentencias de prisión impuestas, que en algunos casos llegaron a 25 primaveras, fueron proporcionales a los supuestos delitos.

Pero los grupos internacionales de derechos humanos y los familiares de La Güinera están en total desacuerdo.

Wilber Aguilar está bajo tal investigación de la seguridad del estado cubano que tuvimos que reunirnos en un parque al otro costado de La Habana.

Su hijo, Walnier Luis, tiene dificultades de formación. Sin confiscación, en lo que Wilber dice que fue un prudencia ficticio, en el que solo se permitió probar a testigos del gobierno, la condición de su hijo no se tuvo en cuenta. Walnier fue condenado a 12 primaveras tras las rejas.

«Fue condenado por sedición», dice Wilber, incrédulo. «¿Cómo te imaginas que un novato irritado de La Güinera que tan pronto como terminó el noveno porción en una escuela particular pueda ser culpable de sedición? Todo es una gran mentira».

Mientras conducíamos por las calles sin pavimentar de La Güinera, conocí a más familiares de jóvenes condenados. En su mayoría madres, todas hablaban en lugares de bajo perfil para evitar la atención de las autoridades.

Madres cuyos hijos han sido encarcelados por las protestas de julio de 2021

Madres cuyos hijos fueron condenados y encarcelados por las protestas de julio de 2021

En cada caso, contaron una historia similar: sus hijos habían sido recogidos al azar por protestar pacíficamente o simplemente filmar el evento con sus teléfonos.

Migdalia Gutiérrez dice que su hijo ni siquiera asistió a la protesta, sino que fue identificado por error, ostensible culpable y luego sentenciado a 20 primaveras exclusivamente sobre la almohadilla de una fotografía borrosa del día.

El líder de la nubilidad católica Leonardo Fernández, que vive en la plaza costera de Alamar, todavía fue detenido en julio pasado por protestar frente al canal de televisión estatal. Pero recibió solo seis meses de arresto domiciliario y está convencido de que las familias de La Güinera, a quienes apoya con donaciones, fueron tratadas con más dureza que la mayoría.

«Es triste ver sentencias de 20 primaveras de prisión impuestas a jóvenes de 19 primaveras. Hay casos en los que las sentencias superan la duración de la vida de la persona condenada. Es una tragedia humana, y la comunidad internacional debe abordarla». siéntate y presta atención».

En otras naciones, las familias podrían tener podido crear un agrupación formal de madres del 11 de julio, pero en el estado policial estrictamente controlado de Cuba, tales organizaciones no autorizadas son ilegales.

“Hemos tratado de organizarnos pero siempre nos detienen”, dice Migdalia. “Íbamos a tener una reunión de las madres afectadas pero de alguna modo la seguridad del Estado se enteró y nos visitó una por una”.

«Nosotros no pertenecemos a ningún agrupación», insiste, conteniendo las lágrimas, «solo luchamos por la independencia de nuestros hijos».

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